Las entidades financieras aceleran la venta a bajo precio créditos de
dudoso cobro de familias y empresas para sanear sus balances y sus
cuentas de resultados ante el gripado del negocio y las exigencias de
solvencia y capital de la UE y el BCE.
La
banca española grava los créditos con tipos de interés más elevados que
sus colegas europeos mientras remunera mucho menos el ahorro.
La banca española se está
quitando las hipotecas y traspasándolas a fondos de inversión. Lo han
hecho con créditos avalados por inmuebles por un valor de en torno a 7.400 millones de euros el año pasado
a los que se suman al menos otros 600 en lo que va de año. Eso,
teniendo en cuenta que la hipoteca media ha oscilado entre los 100.000 y
los 125.000 euros en los últimos años, supone que entre 64.000 y 80.000
familias han cambiado de acreedor sin intervenir en el negocio.
Los bancos endosan principalmente hipotecas morosas, aunque no solo,
ya que entidades como Unicaja están negociando también la colocación de
créditos que han dejado de estar considerados como dudosos tras haber
reanudado el pago de las cuotas sus titulares.
El proceso tiene paralelismos con las titulizaciones que
hace unos años provocaron una avalancha de demandas en los juzgados por
familias que eran desahuciadas por los bancos con los que habían
contratado los préstamos cuando el titular del crédito, y por lo tanto
el acreedor, había pasado a ser otra entidad. Eso no impidió la mayoría
de los desalojos.
En este caso, la situación no cambia para el cliente, ya que se mantiene como deudor y en las mismas condiciones
(principal por amortizar e intereses por cubrir) aunque cambia el
fiador, pero sí para el banco vendedor, que se asegura el ingreso
líquido de una parte de esas hipotecas (entre un 25% y un 50% del valor
nominal) al tiempo que puede liberar el dinero apalancado para su
provisionamiento, que suele situarse en el 70% del valor de los
créditos. También incluye un expectativa de beneficio del 200% al 300%,
intereses aparte, para el comprador.
El objetivo de estas prácticas es simple: seguir soltando lastre para sanear sus balances y cuentas de resultados tras haberse deshecho del grueso del ladrillo ante
el gripado del negocio por el escaso margen que generan los intereses
por la política expansiva del BCE (Banco Central Europeo), el desplome
del crédito (especialmente el hipotecario por las amortizaciones masivas) y las cada vez mayores exigencias de rentabilidad y capitalización del BCE y la UE.
Más de 6.000 millones en quince meses
Las principales entidades financieras del país han
cerrado acuerdos de este tipo en los últimos meses. Las operaciones
formalizadas, en trámite o aplazadas suman un valor superior a los 6.000 millones de euros desde principios del año pasado.
BBVA decidió aplazar a finales del año pasado la colocación de 900 millones de euros en créditos dudosos dentro de una operación que incluía otros 2.600 en inmuebles, y CaixaBank
acaba de activar la venta de un paquete valorado en 400 por el que
espera ingresar entre 120 y 140 pero que, al mismo tiempo, le permitirá
liberar 280.
Bankia, por su parte, tiene en marcha el traspaso de
otros 1.420 millones en préstamos de cobro incierto al fondo de
inversión Lone Star, mientras Sabadell traspasó en julio un bloque de 2.295 millones de euros en créditos dudosos con garantía hipotecaria, en este caso a Deustche Bank y el fondo Carval Investors.
Santander
y Bankinter son los únicos entre los seis ‘grandes’ que no han cerrado
operaciones de este tipo en los últimos meses, aunque la entidad de los Botín sí lo ha hecho de manera indirecta
al deshacerse hace unas semanas la Financiera El Corte Inglés, de la
que controla el 51%, de una cartera de 70.000 impagados que suman un
valor nominal superior a los 105 millones. Unos meses antes se había
retirado de su participación en la empresa de tarjetas WiZink, adquirida
con la compra de Popular, que arrastraba un paquete de algo más de 90
millones en créditos dudosos en España que ha endosado a un banco sueco.
Por último, Unicaja ha encargado a Ernst&Young
que coloque una cartera de 3.700 hipotecas valoradas en 250 millones de
euros dentro de una operación que incluye inmuebles por valor de otros
750 mientras su futuro socio, Liberbank, se ha quitado de encima en dos
años casi 2.000 millones en activos tóxicos (600 el año pasado), parte
de ellos en créditos y el resto en ladrillo.
Más de 120.000 millones en ocho años
Y las operaciones de saneamiento por el endose de
deuda de cobro incierto siguen acelerándose. Los resultados del primer
trimestre de este año comunicados a la CNMV (Comisión Nacional del
Mercado de Valores) por BBVA reflejan la reducción de la cartera de créditos dudosos en 1.800 millones de euros en el último año, aunque mantiene 17.300 tras aumentar en 200 de enero a marzo; los de Santander señalan un recorte de siete puntos en su cobertura, los de CaixaBank indican un recorte
de 2.700, de ellos 200 desde enero y los de Bankia recogen un descenso
de 3.662 en el año y de 447 en los tres primeros meses del año.
El último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España
señala que “desde diciembre de 2013, los activos dudosos se han
reducido en más de 122.000 millones de euros, lo que representa un 64,5%
del total” de los que acumulaba la banca española.
En el último año el descenso fue de 27.500 millones,
de los que un 26,9%, es decir, 7.400, correspondían a hipotecas,
principalmente aquellas cuyos titulares han dejado de atender al menos
una cuota en los doce meses previos, que es el criterio que el Banco de
España aplica para considerarlas dudosas.
“Una parte sustancial de este descenso” de los créditos dudosos anotados en los balances “vino
motivado por la venta de carteras de activos asociados a las
actividades de construcción e inmobiliarias que han llevado a cabo
algunas entidades”, señala el informe, que anota que esos
movimientos “no son ajenos a la intensa presión ejercida por los
supervisores en los últimos años”.
Morosidad por encima de la media europea
Pese a esas operaciones, la banca española presenta
“una ratio de morosidad del crédito ligeramente superior a la media
europea”. Concretamente, de seis décimas, un 3,9% frente al 3,3%
comunitario, con recortes del volumen inferiores a los de Irlanda,
Italia y Portugal, países que, no obstante, “siguen situándose
significativamente por encima” de ese promedio.
“Una parte del descenso [en España] se explica por
la venta, por parte de algunas entidades, de carteras de crédito
dudoso”, remarca el documento, que añade que “si se excluye del análisis
el crédito dudoso, el descenso se limitaría al 1,8%”.
Con todo, la
actividad de concesión de créditos de la banca española sigue animada:
mantiene un saldo vivo de 1,15 billones tras varios años de retroceso.
Casi un 40% de esa cifra, 441.000 millones de euros, fue concedida el
año pasado a hogares y sociedades no financieras (empresas,
básicamente), ya fuera mediante nuevos préstamos o con la ampliación de
otros ya existentes.
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