Los 54 eurodiputados españoles, cuyo sueldo público pagado por los
contribuyentes españoles se eleva hasta los 15.000 euros mensuales,
siguen volando en primera clase o “business class” a pesar de haber
prometido que en 2013 dejarían de hacerlo. No contentos con el salario,
los eurodiputados hacen trampas para cobrar dietas que no les
corresponden, como ha demostrado un periodista holandés de la emisora
GeenStijl TV que sorprendió al eurodiputado italiano Raffaele Baldessarre fichando a las 18.30 horas para poder cobrar la dieta del día, práctica muy extendida en el Parlamento Europeo.
Los eurodiputados españoles que usan estos vuelos pertenecen a los
partidos PP, PSOE, IU, CiU, PNV, ERC y UPyD gastan una media de 1297
euros por vuelo, cuando cualquier compañía “low cost” cobra 150 euros
por viajar en clase turista a Bruselas. La noticia sobre la continuidad
de su privilegiado estatus se ha sabido porque varios de ellos
aterrizaron esta semana en Madrid y comentaron la situación a sus
compañeros de escaño del Congreso y del Senado, algunos de ellos
extrañados porque se pretendiera abolir este privilegio, que también
está vigente en las cámaras españolas. “NI caso”, le dijo uno de ellos a
otro. “Nuestro mayor problema hoy es que los periodistas ingleses y
holandeses nos están investigando el cobro de dietas”, confesó otro a un
senador.
Y es que en efecto, gracias a que el colectivo Anonymus lo ha subido a Youtube, un
vídeo grabado por un equipo de televisión holandés desvela como un
eurodiputado ficha su entrada al trabajo a las 18,15 para cobrar 300
euros de dieta por la asistencia. Según la eurodiputada independiente Nikki Sinclaire,
este fraude lo realizan entre 60 y 70 eurodiputados en cada sesión, y
ya se ha sorprendido a uno “in fraganti”: la eurodiputada socialista
vasca Eider Gardiazabal Rubial, nieta del presidente del PSOE en la Transición, Ramón Rubial. El vídeo de Anonymus va ya por las 40.000 visitas.
En el extremo de la desfachatez se sitúan los 50 eurodiputados
españoles que votaron en contra de suprimir el viaje en “bussiness
class”, a pesar de la lacerante cifra de desempleo del país y del
colapso económico y comercial de España. Cuando se supo, el escándalo
fue de tal magnitud que la entonces responsable del Grupo Popular en el
Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, prometió que
rectificarían: “Lo importante y lo que valdrá será cuando se aprueben
los Presupuestos a final de año”. Su cabeza de lista en el PP, Jaime Mayor Oreja
anunció incluso que “la posición de la delegación española va a ser un
documento en donde expresemos que estamos a la cabeza en la austeridad,
no sólo en los viajes sino también en lo que significan los fondos que
administran los eurodiputados”.
Sin embargo, ni se ha cambiado el Presupuesto y muy al contrario,
todos han vuelto a las andadas. La ausencia de sanciones,
investigaciones periodísticas independientes o simplemente cierto apego a
la realidad de su propio país provoca que los europolíticos españoles
sigan v0lando como millonarios con el dinero público. El dirigente
crítico del Partido Popular de Catalunya, Alejo Vidal-Quadras, cercano a las tesis de José María Aznar,
defiende la necesidad de viajar en la clase de élite: “El 95% de los
vuelos de los eurodiputados son en business porque volar hasta 300 veces
al año requiere unas condiciones físicas adecuadas intrínsecas a
nuestro trabajo. No se trata del lujo, el placer o el capricho, sino que
responde a una necesidad objetiva para personas obligadas a hacer hasta
muchas horas completas de vuelo para que puedan viajar en condiciones
de comodidad. Yo estoy muy tranquilo y considero que lo que hago está en
consonancia con la ética de un político.
Cada uno que haga su propio
análisis según su saber y entender, pero yo estoy muy tranquilo”, ha
explicado. También Mayor Oreja calificó la enmienda que pretendía abolir su privilegio aéreo como “extemporánea”.
El socialista Juan Fernando López Aguilar defiende
estos viajes porque también los hacen los diputados y senadores en
España o los funcionarios comunitarios: “la votación (que pretendía
suprimir estos viajes “bussiness class”) es un debate que falsea la
realidad y solo sirve para desprestigiar la clase política. Un debate
que además no ha tenido la misma intensidad en otros países europeos que
en España”. López Aguilar dice que solo viajan en
primera “por flexibilidad”, dado que viajan tanto que “a menudo es
necesario hacer varios enlaces y cambiar vuelos”. Las diputadas
socialistas Iratxe García e Inés Ayala
también defienden el privilegio: “La cuestión no es turista sí o no,
eso es solo una medida que puede quedar bien de cara a la galería”.
El eurodiputado Willy Meyer, de Izquierda Unida,
también defiende el “bussiness class”: “no hay que hacer populismo
porque de lo que se trata es de garantizar que cuando llegue a la
Eurocámara es para trabajar”. Y sobre los viajes afirma: “Debo decir que
tengo un vuelo en clase a turista a Bruselas que me cuesta más que en
business y no me pregunté usted por qué”.
Sosa Wagner, de UPyD, argumenta de otra forma el
disfrute de la bicoca: “Los billetes en “business” tienen flexibilidad
total y se pueden cambiar o anular sin coste, proporcionando al diputado
un instrumento mejor para realizar sus funciones y adaptarse a los
cambios. Por nuestra situación, muchas veces debemos cancelar los
viajes, y viajando en turista hay recargo por el cambio, algo que no
sucede en business. Al final volar en primera clase supone un ahorro
para el Parlamento Europeo”.
Fuentes:
El reportaje de la TV holandesa sobre el cobro irregular de dietas en su formato original.
La eurodiputada Eder G. Rubial, nieta del presidente del PSOE Ramón Rubial, sorprendida haciendo trampas para cobrar dietas.
Investigación periodística para precisar los sueldos opacos de los eurodiputados: 15.000 euros mensuales.
Profesores indignados piden que los eurodiputados no gasten más en primera clase y con el dinero se contraten profesores en paro
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