El indulto del vicepresidente y consejero delegado del Banco de Santander choca con la situación de Miguel Montes Neiro, que todavía está a la espera de una decisión positiva del Gobierno tras pasarse más de 36 años entre rejas sin haber cometido ningún delito de sangre. Montes Neiro fue detenido -injustamente- en 1976 por perder un subfusil mientras hacía el servicio militar; desde entonces, ha ido encadenando hasta la fecha penas por delitos menores. En los últimos años, se ha tramitado su indulto por motivos humanitarios, pues padece varias enfermedades, pero éste no llega a concretarse todavía, para desesperación de su hermana Encarnación. “La justicia no está escrita para todos igual”, ha declarado al conocer la noticia del indulto concedido por el gobierno a Alfredo Sáenz.
Sin embargo, la familia conserva la esperanza de que la ultima decisión del Tribunal Supremo, que obliga a la Audiencia de Granada a hacer una nueva liquidación de las condenas de Montes Neiro, permita que el preso más antiguo del España pueda pasar la noche buena en compañía de su familia. Esto ultimo sólo ha sucedido una vez en la vida, en 2003, cuando él se fugó a Marruecos. “Sus hijas sólo le han conocido en la cárcel”, recuerda Encarnación, quien ha insistido en que hay pruebas suficientes para demostrar que muchos de los delitos por los que se condenó a su hermano no fueron cometidos por él. “Está desesperado, con un estrés muy grande, porque conocer las injusticias que ha sufrido Miguel es algo que pone enfermo”, concluye.
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